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Diamantes: hacia la superficie por los volcanes
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Diamantes: hacia la superficie por los volcanes

lunes 27 de septiembre de 2021, 07:00h
Los volcanes no sólo traen episodios trágicos, también son una fuente de joyas

Eternos y encantadores: ¿Por qué los diamantes siempre han reinado -y reinarán-?

Hace 2.000 años, Plinio el Viejo escribió que los diamantes, por su rareza, sólo eran para reyes y reinas.

Los diamantes tienen una larga historia; incluso los más nuevos se formaron en las profundidades de la Tierra hace aproximadamente unos 70 millones de años. Esta joya única está compuesta por un único elemento químico, el carbono. Es su composición simple y su estructura cristalina interna lo que le confiere su dureza, su resistencia a los químicos, y ese brillo extraordinario e hipnotizante que tiene tanto valor. Traídos a la superficie por erupciones volcánicas, tan noticiosas últimamente en este país, los diamantes se extraen de la kimberlita, una roca de tipo ígneo, aunque también se pueden encontrar en los depósitos de los ríos.

Ya en el siglo IV, se conocían depósitos de diamantes en la India. Luego, en el siglo XVIII, la gran demanda de estas piedras por parte de las cortes reales del Viejo Mundo hizo que se agotaran rápidamente. Pero se descubrieron nuevas minas en Brasil, en la región de Minas Gerais. Luego, en 1866, en pleno s.XIX, se descubrió un depósito nuevo e incluso más importante en Sudáfrica, y miles de buscadores, presos de una especie de fiebre del oro pero para con los diamantes, corrieron allí para enriquecerse. Hoy, los principales depósitos de diamantes se concentran en países africanos como Botswana, Congo y Angola. Otros países como Rusia, Australia o Canadá, también son productores.

Su brillo adamantino, tan atractivo para nuestra vista, se revela en la forma en que se corta, una técnica que ha evolucionado a lo largo de los siglos. De hecho, fue el uso del cristal en bruto lo que siguió extendiéndose hasta el siglo XIV, cuando el cristal comenzó a pulirse y facetarse. El corte de diamantes volvió a mejorar en el siglo XX gracias a una mayor comprensión de las Ciencias, en concreto, de la Física y la Óptica. Fue Marcel Tolkowsky quien creó el corte moderno con sus 54 facetas, llevando así el “fuego” del diamante a su máxima expresión para u mayor deleite.