En una nota a los medios, Kering asegura que la fiscalía financiera francesa abrió una investigación preliminar sobre la empresa en febrero de 2019. “La investigación parece estar relacionada con las posibles consecuencias para las empresas francesas de Kering derivadas de los procedimientos legales iniciados en noviembre de 2017 que involucran a LGI, la subsidiaria suiza del Grupo. El procedimiento resultó en un acuerdo entre Gucci y las autoridades fiscales italianas en mayo de 2019 ”, añade Kering.
Según el portal de noticias Mediapart, que informó por primera vez sobre el tema, Kering habría supuestamente establecido un sistema que le permitía declarar en Suiza las actividades realizadas en otros países (mayoritariamente en Italia) y evitar pagar así 2.500 millones de euros en impuestos entre 2010 y 2017, de los cuales 180 millones corresponderían a las arcas francesas.
El grupo ya alcanzó un acuerdo con las autoridades fiscales italianas en 2019 que ascendió a 1.250 millones de euros, el coste fiscal más alto jamás acordado por una corporación en Italia.