Pero, también muchos de nosotros estamos habituados a llevar un anillo, la alianza de boda, un reloj o una pulsera. Algunas de estas piezas llevan con nosotros casi una vida, no las hemos quitado en años o nos las ponemos con muchísima frecuencia. Han surgido dudas sobre en qué medida el gel hidroalcohólico puede afectar a nuestras piezas. La pregunta no es sencilla de contestar porque la variedad de metales, aleaciones o piedras que podemos encontrar es enorme.
Por ello, me parece más acertado marcar unas pautas generales para que cada cual las aplique al tipo de pieza que vaya a ponerse. Pero antes de entrar en ellas, quiero también hacer hincapié en que, si bien los geles hidroalcohólicos suelen contener entre el 60% y el 85% de alcohol, el resto son componentes diversos, perfumados o no, y es imposible abarcar todas las fórmulas que existen en el mercado.
Los metales preciosos (oro, plata y platino) no deberían alterarse por el uso del gel hidroalcohólico. Quizá podrían quedarse restos de los componentes añadidos pero fácilmente lavables con agua y jabón. Tampoco las piezas de plata de ley con baños de oro de 18 quilates o rodio deberían verse afectadas por el gel.
Es casi imposible garantizar qué puede pasar con la enorme variedad de piezas de bisutería que compremos. Hay muchas aleaciones diferentes y cada una reaccionará de una manera a los geles, pero al no ser consideradas joyas, las dejamos aparte.
¿Qué pasa con las gemas?
Otro tema importante son las piedras. En general, las piedras preciosas y semipreciosas no tendrían que verse afectadas por el gel. Sin embargo, las piedras orgánicas (perlas, turquesas, corales, etc…) contienen microporos y además, algunas han podido ser sometidas a tratamientos para mejorar su aspecto.
Si no estamos seguros si es el caso de nuestra pieza, mejor evitemos ponerles el gel directamente. Nunca va a pasar nada por hacerlo un par de veces, pero ya sabemos que, cuanto más nos lavemos las manos, mejor y cuanto menos arriesguemos este tipo de piedras, menos sorpresas nos llevaremos.
Miriam de Ungría es vocal de la Asociación Española de Tasadores y Alhajas