Y es que un precio de oro elevado aumenta notablemente los costes financieros y de producción de los fabricantes, al tiempo que frena la demanda de los consumidores. Una ecuación extremadamente nociva para el Sector Joyero.
Y si bien todos los analistas auguraban un precio del metal progresivamente al alza durante 2020, muy pocos creían en este rápido crecimiento teniendo en cuenta la relajación de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, así como el ‘apaciguamiento’ de los conflictos sociales en Chile y Hong Kong, que se sumaba también al fin de la incertidumbre –de momento— con el Brexit entre Reino Unido y la Unión Europea.
Y aunque a última hora de ayer el presidente de Estados Unidos anunciaba que no seguiría con la escalada bélica en Oriente Medio, sino que apostaba por el endurecimiento de las sanciones económicas a Irán, la incertidumbre vuelve a abrirse paso entre los inversores que, como siempre, acaban viendo en el metal dorado su mejor refugio.