El objetivo de perfeccionar la forma en que se clasifican los diamantes y garantizar una graduación precisa es un elemento clave para garantizar la confianza de los consumidores en los diamantes.
En los últimos años Sarine ha estado a la vanguardia de esta tecnología empleando visión por ordenador, algoritmos y aprendizaje automático, lo que en conjunto se conoce como ‘Inteligencia Artificial’ para lograr una calificación objetiva.
Con ella la empresa israelí afirma eliminar “sustancialmente los errores y sesgos humanos subjetivos del proceso de calificación, lo que permite un nuevo nivel de precisión, confiabilidad y consistencia”.
La tecnología de calificación automatizada de Sarine, introducida a principios de 2018, se desarrolló para ser 'compatible con GIA', lo que significa que la base para el aprendizaje automático y la calificación fue el sistema de calificación del Instituto Gemológico norteamericano.