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INFORME SOBRE EL COMPROMISO SOCIAL DE LAS EMPRESAS JOYERAS

Una niña trabaja en una mina de diamantes artesanal en Sosso Nakombo, República Centroafricana, cerca de la frontera con Camerún; agosto de 2015.  © 2015 Marcus Beasdale para HRW
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Una niña trabaja en una mina de diamantes artesanal en Sosso Nakombo, República Centroafricana, cerca de la frontera con Camerún; agosto de 2015. © 2015 Marcus Beasdale para HRW

Feliz San Valentín…. o no tanto

miércoles 14 de febrero de 2018, 07:00h
Human Rights Watch evaluó 13 empresas en función de siete criterios para el abastecimiento responsable, utilizando la información que proporcionaron directamente y la información pública disponible.
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Human Rights Watch evaluó 13 empresas en función de siete criterios para el abastecimiento responsable, utilizando la información que proporcionaron directamente y la información pública disponible.
Las empresas de joyería y relojería “deben tomar medidas más enérgicas” para garantizar que sus cadenas de suministro estén libres de violaciones de derechos humanos, señala la ONG Human Rights Watch en un informe que difunden precisamente con motivo del Día de los Enamorados.
En el documento de 99 páginas titulado The Hidden Cost of Jewelry: Human Rights in Supply Chains and the Responsibility of Jewelry Companies (El coste oculto de la joyería: Derechos humanos en las cadenas de suministro y responsabilidad de las empresas del sector), la ONG analiza las prácticas de compra de oro y diamantes de reconocidas 13 marcas de joyería y relojería, que concentran cerca del 10% de las ventas globales y unos ingresos anueles por encima de los 30.000 millones de dólares.

Como resultado, Human Rights Watch determina que la mayoría de estas 13 empresas no cumplen estándares internacionales sobre abastecimiento responsable, como es la Guía de Diligencia Debida’ de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)

No obstante no todas se comportan igual. Mientras que algunas han dado pasos importantes para abordar los riesgos para los derechos humanos en la cadena de suministro del oro y los diamantes otras, sencillamente, “confían en los testimonios no verificados de sus proveedores” aseguran desde la Organización:

La mayoría de estas empresas no tienen mecanismos para rastrear el origen del oro y los diamantes que utilizan, y no evalúan en forma suficiente los riesgos para quienes trabajan sobre el terreno. Además, tampoco emiten informes públicos exhaustivos sobre sus acciones en materia de abastecimiento responsable ni publican los nombres de sus proveedores.

Diez de las empresas contestaron a la llamada de la ONG: Boodles, Bulgari, Cartier, Chopard, Christ, Harry Winston, Pandora, Signet, Tanishq y Tiffany. Mientras otras tres ni contestaron: Kalyan, Rolex y TBZ. Con base en información públicamente disponible o datos proporcionados por las empresas, Human Rights Watch elaboró una clasificación de estas 13 compañías según criterios específicos de abastecimiento responsable, incluidas medidas para evaluar y responder a riesgos de derechos humanos, establecer la rastreabilidad de los proctos e informar públicamente sobre las acciones la empresa.

Human Rights Watch concluyó que ninguna de las 13 podía clasificarse como “excelente”, pero posiciona a una—Tiffany & Co.— como “sólida” por haber tomado medidas significativas para asegurar un abastecimiento responsable.

Otras cuatro compañías —Bulgari, Cartier, Pandora y Signet— se catalogan como “moderadas”, en razón de que realizan algunas acciones importantes para lograr este tipo de abastecimiento.

Otras cuatro —Boodles, Chopard, Christ y Harry Winston— se clasificaron como “débiles” debido a que tomaron pocas medidas para conseguir un abastecimiento responsable, y Tanishq fue calificada como “muy débil”, pues no hay ninguna prueba de que tome medidas para tal fin. Las tres empresas que no respondieron no se incluyeron en la clasificación, porque no divulgan ningún tipo de información sobre sus políticas y prácticas de abastecimiento.

Sin garantías en el Proceso Kimberley y otros

Human Rights Watch también concluye en su informe que las iniciativas existentes sobre abastecimiento responsable, como el Proceso de Kimberley, o la certificación del Consejo de Joyería Responsable (RJC, en sus siglas en inglés) no constituyen, por sí solas, garantía suficiente de que el producto final no haya contribuido a ningún abuso.

Y es que el Proceso de Kimberley se enfoca exclusivamente a los diamantes en bruto que proceden de zonas controladas por fuerzas enfrentadas a gobiernos oficiales de algunos países africanos (Como es el caso de República de Centroáfrica), y no asigna responsabilidades directas a empresas o a terceros países. Además, su calificación de ‘diamantes de conflicto’ se encuentra completamente desfasada, según algunos de sus propios miembros.

Por su parte el RJC, un lobby del sector con más de 1.000 miembros, “cuenta con estándares y sistemas de certificación deficientes que no garantizan una cadena de suministro íntegra” según la ONG. El consejo debería reforzar sus estándares y prácticas de auditoría para establecer un parámetro más exigente para las prácticas de abastecimiento responsable en el sector, apunta Human Rights Watch.

Motivos para el optimismo

Con todo, mientras que numerosas empresas de joyería incumplen los estándares internacionales, algunas sí que han adoptado prácticas que deberían replicarse de manera más generalizada. Entre las empresas analizadas, Tiffany and Co. se destaca por su capacidad de rastrear el oro que utilizan hasta la mina de origen, y por su evaluación exhaustiva de las consecuencias para los derechos humanos.

Otro ejemplo, Cartier, compra la totalidad de la producción de una mina de oro “modelo” en Honduras, mientras que la joyera suiza Chopard trabajado con cooperativas de minería a pequeña escala en América Latina para algunas de sus colecciones.

Por su parte, una cantidad cada vez mayor de pequeños fabricantes de joyas están tomando medidas para comprar el oro que utilizan a minas a pequeña escala donde se respetan los derechos, a menudo con la ayuda de organizaciones no gubernamentales.

“Es alentador que algunas empresas de joyería, tanto pequeñas como grandes, estén tomando medidas en la dirección correcta”, apuntan desde la ONG: “Sus acciones demuestran que el cambio es posible”.

Desde entonces, dos de las empresas se han comprometido a dar pasos concretos para mejorar sus prácticas. La joyería Boodles, en el Reino Unido, ha comenzado a mantener reuniones con sus proveedores de diamantes para analizar las medidas de diligencia debida sobre derechos humanos que estos aplican, y ha iniciado su primera auditoría de abastecimiento responsable.

Y la joyería alemana Christ ha asumido el compromiso de publicar su código de conducta y otros datos acerca de sus acciones de debida diligencia en materia de derechos humanos durante 2018.

Al comprar joyas, los clientes deberían preguntar de dónde proceden y qué pasos ha dado el comercio minorista para determinar si en las minas de origen se respetan los derechos humanos, expresó Human Rights Watch. La minería artesanal y a pequeña escala, en particular, tiene el potencial de beneficiar a comunidades locales.

“Numerosos joyeros podrían ser mucho más rigurosos y averiguar si el oro o los diamantes que comercializan están corrompidos por el trabajo infantil u otras violaciones de derechos humanos”, manifestó Juliane Kippenberg, directora asociada de Derechos del Niño de Human Rights Watch. “Cuando alguien compre una joya para un ser querido en este San Valentín, debería preguntar a su joyero qué ha hecho para averiguar cuál es el origen de la pieza”.

En decenas de países del mundo se extraen minerales y piedras preciosas que luego se comercializan, exportan y procesan en otros países. Aunque las cadenas de suministro pueden ser extensas y complejas, los profesionales joyeros y relojeros tienen la responsabilidad de asegurar que sus actividades no contribuyan a que haya violaciones de derechos humanos en ninguna instancia de esas cadenas.