Y hete aquí que, apenas tres meses después, nuestras embarcaciones profesionales se encuentran ante un muro de oscuridad, una niebla más allá de la cual no somos capaces de atisbar lo que puede ocurrir, en tanto que las sirenas de las alarmas anti colisión comienzan a sonar de forma desesperada.
Lo primero con lo que nos encontramos es con un panorama macroeconómico desalentador, en el que se empiezan a escuchar dos palabras que, unidas, ponen los pelos de punta: Recesión Mundial.
No podemos olvidar que acabamos de salir de una y que sus consecuencias han sido las de causar un destrozo tan terrible en el tejido productivo que, por más que queramos pintarlo en colores optimistas, sabemos que no se recuperará, totalmente, en años.
Y cuando empezábamos a vislumbrar, no una solución, sino, al menos, una tregua en nuestros problemas, la situación se vuelve a tornar de lo más desesperanzadora.
Lo primero con lo que nos encontramos es con un panorama macroeconómico desalentador
¿Qué más nos da que las razones vengan de la debilidad de USA, el frenazo de China, o la caída de los precios del petróleo? Lo cierto es que, sean cuales fueren esas razones, lo primero que se resiente en tales situaciones es el consumo.
Y dentro de este, el de los artículos de lujo o, por mejor decir, de carácter "superfluo", entre los que ocupa un lugar de privilegio el comercio de nuestro Sector.
O sea ¡más leña al mono, que es de trapo! Y todo eso, sin introducir en la ecuación la influencia en la economía de la inestabilidad política española
Pero si quieren un mínimo apunte de esperanza, escuchen: hasta ahora, hemos salido de todo, y confío en que seguiremos siendo capaces de hacerlo, venga lo que venga.
Fernando Yandiola es abogado y director de Yandiola & Rodríguez, Asesores Empresariales, S.L.