Pues bien, nuestro cariñoso gobierno - Papá Estado - nos anuncia una completa Reforma del Sistema Fiscal, principiando por la Lay General Tributaria hasta llegar a nivel Reglamentario.
Por supuesto, nos dicen que dicha reforma va a tener como objeto una reestructuración del sistema tributario para adecuarlo a la salida de la crisis, en relación con la situación anterior que les obligó a incumplir su promesa electoral de bajar los impuestos. Vamos, que nos van a dar una noticia que nos va a alegrar un montón, a todos los sufridos contribuyentes.
Como mucho me temo que los "beneficiarios" de todo ese elenco de medidas impositivas tan gratificantes estamos más que escamados tras las sucesivas "buenas noticias" que nuestro paternal gobierno nos viene propinando, sugiero la conveniencia de ponernos, directamente, a estudiar cuantas posibilidades se nos pongan al alcance para evitar - dentro de los límites que la legalidad vigente nos permita - ser alcanzados por las muy beneficiosas reformas que se van a practicar; o al menos, retrasar todo lo más posible el que nos las apliquen.
¡Dios me libre de achacar una aviesa intención recaudatoria a quien tanto nos quiere y cuida! (con el Ministro Montoro a la cabeza), pero como del escarmentado nace el avisado, preparemos nuestras barbas para la siguiente "rapadura". Al fin y al cabo, esto no deja de ser un clásico: "Timeo danaos, et dona ferentes". Y los "griegos", en este caso, no traen un caballo de madera, sino el B.O.E. ¡A temblar!
Fernando Yandiola es abogado y director de Yandiola & Rodríguez, Asesores Empresariales, S.L.
