El marketing de hoy

Quiero decir, que en los viejos tiempos de nuestros padres y abuelos, la actividad comercial era algo bastante pausado, con comerciantes de joyas y relojes instalados en prestigiosos establecimientos, de acreditada raigambre y sobria decoración, que recibían a sus clientes de forma ciertamente señorial. Y los clientes eran damas y caballeros que acudían a las Joyerías, adquirían las piezas reposadamente, con confianza en el saber y hacer de "su" joyero", y que sopesaban calidades y precios para pagar y cerrar el trato, muchas veces, con un sólo apretón de manos.

Soy consciente que lo que he dicho tiene el sabor de un daguerrotipo, en color sepia, de la playa de la Concha, en San Sebastián, llena de caballeros y señoras con bañadores de rayas, desde el cuello a los pies, y con sombreros y cofias. Un puro anacronismo.

Hoy, apenas unas décadas después, vivimos en un mundo comercial vertiginoso, en el que el comerciante de joyería y relojería tiene que perseguir a los clientes para hacerles entrar en la tienda y que pelear como un forzado para conseguir venderles algo, generalmente a precios sumamente económicos. Y no digamos para conseguir cobrar lo que se logra vender, pues esto daría para escribir un tratado aparte.

Pero además, el mercado actual nos obliga a mantenernos en perpetuo estado de "Campaña Promocional", a base de reclamos, ofertas, descuentos y sabe Dios qué otros ganchos para atraer a los clientes.

Sin apenas tiempo de transición, pasamos de la Campaña de ofertas Navideñas, a las Rebajas, seguidas de las Rebajas Rebajadas. Y cuatro días después, tendremos que comenzar a ofrecer lo de San Valentín. Acabaremos por hacer, también, super-campaña de escapularios de Semana Santa. Al tiempo.

Fernando Yandiola es abogado y director de Yandiola & Rodríguez, Asesores Empresariales, S.L.