Según informa el diario ABC de Sevilla, los ladrones aprovecharon el estruendo en las calles durante la celebración del año nuevo para forzar la cerradura de una compañía de seguros anexa al local y, desde allí, realizar un butron por el que accedieron a la joyería. El bloque está dedicado a oficinas y sólo el portero vive en el edificio, pero el ruido de la celebración evitó que escuchara movimientos sospechosos.
Al parecer, los asaltantes cortaron la línea telefónica y usaron un inhibidor de frecuencias para evitar que saltaran las alarmas del establecimiento. También anularon la grabación de las cámaras. Una vez dentro se dirigieron a una de las cajas fuertes del local y la forzaron con una lanza térmica, haciéndose con joyas y relojes -la casa es distribuidora oficial de Rolex- aunque a día de hoy se desconoce el volumen total de lo sustraído.
Según el diario hispalense todo apunta a que se trata de una banda perfectamente organizada y que tenía claro su objetivo. De hecho, la policía está revisando las grabaciones de los días previos al robo buscando sospechosos, pues parece claro que los ladrones habrían podido hacerse pasar por clientes para preparar su 'golpe'.