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ProDiam celebra su XVI Edición arropado por una amplia participación y el alto nivel de las ponencias

Casi dos horas de debate entre visitantes y participantes muestran el elevado interés y las preocupaciones del Sector

jueves 29 de octubre de 2015, 11:35h
Antonio Valle.
Antonio Valle.

El Foro profesional del Diamante y la Joyería, ProDiam, cumplió 16 años el pasado martes manteniendo la fidelidad de su público y demostrando, una vez más, el interés que este encuentro sectorial suscita entre empresarios y profesionales. Al cierre del encuentro, el presidente de Ifema, Luis Eduardo Cortés, destacó la "importancia de ProDiam como punto de encuentro imprescindible"

ProDiam celebra su XVI Edición arropado por una amplia participación y el alto nivel de las ponencias

El encuentro dedicó un amplio espacio a cuestiones de gran actualidad como los diamantes sintéticos, la formación, el diseño 3D, la seguridad o el futuro de la joyería española. Cuestiones de calado que iremos desgranando a lo largo de los próximos días con las ponencias de los participantes.

En esta ocasión preferimos mostrar la crónica de uno de los asistentes habituales a ProDiam, el director de la Escuela madrileña Arte3, Antonio Valle, que relata su visión de algunas cuestiones que se abordaron en el foro:

"Cita en ProDiam 2014. Honradez, formación e información"

Un año más hemos gozado de una agradable mañana rodeada de profesionales del sector y amigos, con exquisitos ponentes que nos han informado y amenizado con sus explicaciones, junto a las recomendaciones de grandes y prestigiosos “monstruos” de la joyería española como D. Manuel Carrera. Y todo ello gracias al Grupo Nexo y en especial a D. Carlos Ortiz, Presidente del comité Organizador de ProDiam y a D. Claudio Meffert, Director del Consejo Asesor del Grupo Nexo que con su agradable, cordial y entusiasta mediación nos iba introduciendo, presentación tan presentación en la dinámica del Encuentro.

No voy a relatar ni resumir lo que allí se dijo y se escuchó, temas de gran interés, sino a permitirme comentar que algo quedó en el tintero desde mi punto de vista, sin profundizarse en exceso, aunque algo de ello se esbozó, tras abrirse el debate final entre ponentes e invitados por don Carlos Ortiz, sacando a colación un tema tan candente como el futuro de los Diamantes sintéticos, o mejor dicho, del futuro del Diamante natural tras la irrupción en el mercado de los sintéticos.

Hubo mucha cordura al respecto al transmitirse el mensaje tranquilizador de que es mejor que se conozcan y publiciten este tipo de diamantes, a que por miedo a que “deprecien y descalifiquen” a los naturales se omita su difusión y que así se potencie inundar el mercado por métodos ilícitos sin saber cual es su procedencia. Y ha de ser, como bien se dijo, la honradez la que ha de primar entre todos los profesionales implicados en su creación, distribución y venta, los que han de dar la información pertinente al cliente para que este conozca el producto -que es lo mejor-, ya que tarde o temprano todo sale a la luz pública.

De este punto se extrajo un debate interesante, que es el motivo de mi escrito, referido a que algunos joyeros allí presentes denunciaron que buena parte de los mismos no están preparados realmente para conocer si una gema preciosa sintética se les vende como natural y si ellos sin saberlo se la venden al cliente –o peor aún, como se escuchó en algún caso, de saberlo después de comprada y aún así de verse tentados a venderla al cliente para no perder lo invertido, continuando así con el engaño-.

Aquí está la clave de toda la cuestión: Formación e Información, para luchar contra estos problemas. Cualquier profesional de cualquier ámbito, que se precie como tal, ha de estar debidamente formado, si es honrado. Lo contrario supondrá peligros e insatisfacción, al final de la cadena, tanto para el vendedor (joyero) como para el comprador (cliente). Sabemos también que en este país, a nivel general, la Cultura y la Educación han estado siempre un poco abandonados, primero por muchos de nuestros dirigentes, que atienden más a sus intereses de partido que a la formación de profesionales, quedando esta abandonada, no publicitada o poco financiada, ya que estas actitudes según algunos, no rentan beneficios sino gastos –craso y peregrino error, pues para cosechar primero hay que sembrar-, y tal vez por nuestro carácter mediterráneo, nos preocupemos poco por formarnos debidamente.

El caso es que hay que romper de una vez esta conducta. Sabemos también que buena parte de los joyeros montan su negocio sin más, porque continúan la saga familiar o porque simplemente les atrae abrir un negocio de estas características, creyendo que es muy rentable. También nada más lejos de la realidad. Posiblemente sea una de las profesiones más complejas y peligrosas que existan; por tanto, como bien explicó D. Rodolfo Serván, tenemos además que potenciar la seguridad de los establecimientos a la máxima expresión.

Por tanto, hemos de estar formados, muy bien formados, con la idea de poder llegar a la utopía de ser buenos joyeros de astillera, buenos gemólogos y buenos diseñadores, controlando los medios y sistemas antiguos y actuales para obtener nuestro producto. Para ello existen muchos centros, públicos y privados que forman a los futuros joyeros, tanto a nivel presencial como a nivel on-line. Como se entiende que un joyero ya tiene bastante con tener abierto su establecimiento mañana y tarde, ocupándole así buena parte de su tiempo, es comprensible que este no dedique tiempo a la formación, porque no le tiene. Y así vuelve la pescadilla a morderse su cola. Por tanto, para estirarla, si el joyero no puede formarse, que es lo ideal, tendrá que depender de otros profesionales que cubran sus carencias: esta es otra de las claves del problema.

La solución radicará, pues, en seleccionar a sus empleados con la formación debida, procediendo a buscar p.ej. a alumnos formados en escuelas de joyería y de gemología, que hay muchos; comprar los productos a proveedores de reconocido prestigio, con sus empresas dadas de alta y afincadas en nuestros lugares de residencia o en direcciones fiables, para que a uno no le den gato por liebre y se pueda reclamar y exigir en el caso de que algo raro ocurra; depender de profesionales que certifiquen que los productos comprados –en especial las piedras preciosas- son auténticos, pues hay laboratorios muy profesionales como GemaCyt, el HRD y tantos otros que lo hacen; asesorarse por especialistas en la seguridad de los locales y de los edificios, etc., etc. Todo esto que parece caro, en realidad no lo es tanto y es inversión al alza en seguridad y tranquilidad. Si de algo sirve este comentario como ejemplo, los sistemas IP-GPRS que el Sr. Serván comentaba, son totalmente fiables, baratos y efectivos, y al alcance de todo el mundo, como hemos podido comprobar en  nuestro Centro.

Al final el mensaje pretendo que sea claro: Formación, como antes indiqué, que nos lleva a lo más importante, a la Información, tanto para nosotros mismos, como para nuestros clientes, y todas nuestras conductas aderezadas con la Honradez para que todos salgamos ganando, que también es, dentro de las cualidades del género humano, inversión directa a muy corto plazo. Los medios y las ofertas de formación de gran calidad existen, aún en tiempo de crisis; sólo tenemos que aprovecharlas en función de nuestras posibilidades.

Si además para ello, existe la ayuda, procedente tanto de organismos públicos como de privados, para financiar una buena campaña publicitaria que informe del sector joyero, del producto y de la enseñanza de la joyería tanto a los propios como al gran público, mejor todavía, pues todo redundará positivamente en lo mismo, en el mercado joyero: productos, proveedores, compradores, vendedores, empresas y servicios, para llegar al final al cliente, satisfecho y seguro de su compra.

Antonio Valle Martín
Director de la Escuela de Arte 3 (Joyería, Orfebrería y Esmaltes al Fuego sobre Metales).  Madrid