La industria de la perla cultivada ofrece una oportunidad para introducir conceptos que a menudo no pueden ser considerados en otros sectores, porque mientras que la minería de piedras preciosas o de metales son inherentemente insostenibles, (en cuanto que gemas y minerales que no pueden ser devueltos), las perlas sí lo son.
Como caso de estudio, Cavalieri mencionó la industria de perlas cultivadas de Tahití que desde 1995, que vio caer el valor promedio de su producto casi un 80%. Los criadores más grandes, las cooperativas, fueron capaces de operar con éxito, pero las granjas familiares con menos 'músculo' financiero carecen de la capacidad de reinvertir en mejorar sus condiciones de producción.
"Con los márgenes de ganancia tan bajos, trataron de compensar con el aumento de la producción, y el resultado fue productos de menor calidad y los precios aún más bajos. Granjas de perlas cerradas, y muchas trabajadores perdieron sus puestos de trabajo" explica Cavalieri.
Cavalieri también se abordó la posibilidad de un sistema de clasificación universal de Pearl, que actualmente está siendo considerado por la Comisión de la perla CIBJO. "Nos damos cuenta de que no es una tarea fácil, y que existe una gran variedad de opiniones. Tomará tiempo. Pero somos pacientes, y creemos que tal sistema aumentará la transparencia, y, como consecuencia, la confianza del consumidor".
