En todas las piedras valiosas el color y la pureza son los parámetros fundamentales para establecer su calidad. En el caso del rubí, el color más apreciado es el rojo vivo con un tono secundario púrpura muy ligero, y a este se le denomina 'sangre de pichón'. Pero este tipo de términos, poco 'precisos', es lo que que la Asociación Joyera busca normalizar, aunque de momento no parece que exista un acuerdo común.
Una de las voces más autorizadas del encuentro fue el director del GIA en Bangkok, Ken Scarratt, quien que, a pesar de haber sido escéptico en denominaciones como esas finalmente el Instituto Gemológico de América ha aceptado la definición de sangre de pichón como válida para sus informes, tras contar con las opiniones generalizadas de extractores y vendedores de rubíes a lo largo del mundo.
En la misma línea, otros participantes del foro advirtieron de los peligros de tratar de crear una definición del color rojo sin contar con el beneplácito de toda la industria de las piedras preciosas. Es más, recordaron que distribuidores y minoristas también utilizan definiciones como 'azul real', cuando se trata de zafiros de gran pureza, sin que esta esté gemológicamente aceptada.
Asi pues, tras el congreso que CIBJO, las dificultades que enfrentan los laboratorios en el establecimiento de estándares de color permanecen abiertas, a la espera de un mayor respaldo de la industria a la hora de armonizar la nomenclatura, las normas y la metodología para mejorar la coherencia y fiabilidad de la información que se ofrece de las piedras de color.