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OPINIÓN / GEMOLOGIA

¿Qué está ocurriendo con la moda de comprar diamantes en bruto?

El gemólogo Manuel Llopis advierte sobre la inconsciencia de comprar diamantes si un mínimo de conocimientos

jueves 29 de octubre de 2015, 11:35h

No se que está pasando, pero son muchos los que vienen con consultas sobre diamantes en bruto. Muchas son las excusas que me cuentan de el porqué me venden diamantes o el porqué quiero comprar, o el que si voy a Äfrica por otros motivos y me ofrecen, o cambio productos agrícolas por diamante... Uff!!!

¿Qué está ocurriendo con la moda de comprar diamantes en bruto?

Es como si a la gente le hubiera entrado la neura de que los diamantes en bruto son una buena inversión, o que les embaucan con que van a ganar mucho dinero, porque los están comprando directamente en la mina a un precio de ganga.

¡Bueno!, pues resulta que toda esta gente que te consulta, generalmente no tiene nada que ver con la joyería. Son pequeños empresarios de actividades diversas que ven en la palabra 'diamante' una posible  fuente de inversión y de rentabilidad. Y pensarán: "compro en origen a buen precio lo tallo y lo vendo igual que si lo vendiera en la Bolsa de Amberes". Con un poco de sensatez, lo primero que haría es tener un poco de formación e información sobre el diamante y en este caso en especial sobre el diamante en bruto, pero no, ni caso, me tiro a la piscina sin saber si hay agua.  

Los malos, los listillos, los pícaros, se lo saben todo y ya estamos viendo imitaciones de diamante en bruto en diversos materiales. Han sido fenaquitas, topacios incoloros, cristales de cuarzo cristal de roca...  Ahora le ha llegado el turno a las circonitas incoloras y con colores amarillentos o brunos, también, como no podía ser de otra manera, los topacios azules para imitar a diamantes azules que, dicho sea de paso, cuando tienen un buen color, son una rareza y lógicamente más caros.

Estos materiales se  desbastan con lijas y esmeriles para dar formas de octaedros mas o menos perfectos, creando estrías semejantes a las del diamante natural. Se pulen y se sacan aristas redondeadas para que sea lo más parecido al diamante en bruto natural. La verdad es que consiguen buenas imitaciones. En los casos que he visto, en ninguno había mezcla de brutos de diamante con piedras manipuladas que lo imitan: O eran una cosa o la otra, pero no mezcladas. Es lógico pensar que en un lote grande de diamantes te cuelen piedras de imitación, pues ¡no! o todas falsas o todas buenas, pero en el caso de las buenas, además piedras variadas en cuanto a colores, que suelen ser oscuros: Gris oscuro, pardo marrón, verde grisáceo; es decir, colores feos que no son fancy, con muchas inclusiones y con formas que hacen casi imposible obtener una piedra tallada digna.

"Es que tiene cuatro quilates". Síííí... ¿Pero no ve que es oscuro por la cantidad de inclusiones que tiene? ¿No ve que su forma no permite encajar una buena talla? ¿No ve que de este material no saldrá una piedra bonita? ¿No ve que no tiene transparencia? Pues no, no lo ven.
Pero si por fin decides que quieres invertir y eres una pizca sensato, buscarás algo de formación en una escuela o laboratorio gemológico. Con esta formación por lo menos te quedará claro que si vas a comprar bruto, sabrás sacar mejor partido a tu compra. Tendrás claro los colores y las formas, ya que hay varias clasificaciones del bruto.

Al igual que el material tallado, el bruto de diamante 'calidad gema' también se clasifica por tamaño, forma, pureza y color. En cuanto a la forma, a su morfología se subdividen en stone, shape, cleavages, flats y maccle. Son los stones los mas imitados. Cuando tienes algo de formación, se sabe que no es suficiente tener un téster y un lápiz de dureza 10.

Son muchas las propiedades de las piedras en las que nos basamos los gemólogos para identificar los diferentes materiales y varias las pruebas que podemos realizar, unos ejemplos son:  El brillo adamantino, que hace falta ver mucho material para acostumbrar a tu ojo a distinguirlo del brillo de otros materiales; las formas cristalográficas y los hábitos cristalinos; los planos de exfoliación que en el caso del diamante hay cuatro direcciones, por eso hay que saber un poco de cristalografía, en el topacio solo hay una;  el tipo de inclusiones, que en el caso de los diamantes siempre son monofásicas  debido a las grandes presiones en las que se forma y es imposible ver bifásicas o trifásicas; la imagen doble de cualquier inclusión vista con un microscopio que no tienen los diamantes pero si los topacios; la respuesta ante un polariscopio de ser monorrefringente como el diamante o birrefringente como el topacio, la moisanita, el cuarzo o la fenaquita; su densidad que en el caso del topacio sí es similar a la del diamante pero una circonita tiene casi el doble, una moisanita menos; su dureza, que con una dureza 9 de Mohs, es decir con un pequeño rubí aunque sea sintético podré rayar a un topacio y a una circonita, pero no a una moisanita que, sin embargo, tiene doble imagen; su fluorescencia, que es diferente para cada material y muy variada en el diamante.

Siempre aconsejo que si te vas a meter en un negocio nuevo, que tengas algo de formación sobre él y sobre los materiales en los que se basa el negocio. Si no quieres tener formación, al menos consulta con un gemólogo antes de cometer algún error. Seguro que saldrás ganando.    

M. Llopis
es gemólogo y director del Laboratorio Gemológico MLlopis de Valencia. www.gemologiamllopis.com