'La poca transparencia de algunas Asociaciones en la gestión de las cuotas preocupa al afiliado'

G&T_ Como engastador y empresario, con más de 20 años de experiencia en el Sector, cómo le ha afectado la crisis por la que atravesamos?

D.S_ Efectivamente, como reconocen todos los profesionales con los que tengo contacto, esta crisis ha sido la más brutal de la historia conocida para el conjunto de la actividad. Podríamos cifrar la caída en torno a un 20%-30%, y en algunos casos más. Y además, no son pocos los establecimientos que se han quedado en el camino.

G&T_ Junto a la crisis, la actividad delictiva es la mayor preocupación de los joyeros españoles. ¿Cómo afecta esto en su Comunidad?

D.S_ Precisamente, hace unas semanas la Asociación de Joyeros de Valladolid dirigió una carta al delegado del Gobierno lamentando la puesta en libertad de varios ladrones reincidentes. A día de hoy estamos muy desprotegidos y la nueva Ley de Seguridad Privada, cuya segunda fase entrará en vigor el próximo mes de agosto, no es un consuelo para nosotros, porque supone un desembolso muy importante (una media de 3.000-4.000 euros) y además, no se ha contado con la opinión del Sector para ponerla en marcha con las mejores garantías. Lo mismo ocurre con la reforma del código penal, que prácticamente deja al Sector igual de desamparado que antes.

G&T_ ¿Qué soluciones se piden desde el Sector?

D.S_ Sobre todo pedimos a las administraciones públicas más diálogo a la hora de poner en marcha unas medidas que afectan a un importante colectivo y también, que se ponga freno a la multirreincidencia. Desde el propio Sector, lo más importante es la unión y la comunicación. No puede ser que cada robo se quede impune, es necesario que entre todos participemos, denunciemos y nos manifestemos para que se nos escuche también a nosotros. Para eso, Internet y las redes sociales, al igual que medios de comunicación como el vuestro, son imprescindibles.

G&T_ Precisamente Internet y las redes sociales son un escenario donde se mueve con  facilidad. ¿Cómo ha evolucionado la presencia online en el Sector en los últimos años?

D.S_ Nosotros comenzamos con el primer foro hace unos ocho años, instalados en una empresa norteamericana que tenía un apartado dirigido al público iberoamericano. Fue la primera iniciativa, que más tarde se materializó en el foro Grabadores con Buril, que enseguida comenzó a despertar interés entre los progesionales, hasta evolucionar al actual foro Grabado Manual, que cuenta con más de 1.700 usuarios y una actividad diaria entorno a los 70 profesionales. Sobre todo se trata de una cuestión de intercambio de conocimientos, de estar en contacto con los demás profesionales, ya sean españoles, iberoamericanos o de cualquier parte del mundo, para intercambiar experiencias, comentar dudas, etc...
 
G&T_ La ‘masificación’ de las redes sociales y los foros, ¿no puede llegar a ser contraproducente por exceso de información?   

D.S_ Bueno, al final es como todo, acaba regulándose por sí mismo y manteniéndose aquello que realmente es de interés para el profesional. De hecho, al principio la cuestión estaba en el número de usuarios registrados, en el número de ‘me gusta’ de redes como Facebook, pero luego te das cuenta de que lo verdaderamente importante es la calidad y las aportaciones de los usuarios, no el número que tenga este o aquél foro.

G&T_ Esta amplia presencia de foros de contacto, no supone una desviación del modelo de representatividad del asociacionismo tradicional?

D.S_ En absoluto. Una cosa no anula a la otra, sino que se complementa. De hecho, como presidente de la Asociación de Artesanos y vocal de la de Joyeros, animo a todos los profesionales a crear sus propios foros, sus propios blogs, y también a las Asociaciones a que hagan lo mismo. Uno de los problemas de la reducción de los miembros de las asociaciones y del cierre de algunas otras es precisamente la falta de dinamismo, la falta de un canal de comunicación directo con la Asociación. De hecho, muchos socios se lamentan de que a algunas entidades les falta transparencia a la hora de saber dónde van exactamente sus cuotas. La mayoría van a parar a federaciones nacionales o internacionales, y ese es un dinero que no se destina a formación, a comunicación... a cualquier otra iniciativa provechosa.