La fama de Fabergé como joyero de reconocido prestigio comenzó cuando sus obras fueron expuestas en la Exposición Panrusa de Moscu de 1882 y recibieron la Medalla de Oro. Por este motivo recibió el nombramiento de Proveedor Oficial de la Corte Imperial Rusa. En 1883, para la celebración de la Pascua y siguiendo con la tradición rusa de regalar un Huevo de Pascua, el zar Alejandro III le encargó a Fabergé la confección de un Huevo de Pascua para regalarselo a su mujer, la zarina María Fyodorfevna.
El regalo consistió en un huevo con cáscara de platino que contenía dentro uno más pequeño de oro. Al abrirse este último, se encontraba una gallina de oro en miniatura que tenía sobre su cabeza una réplica de la corona imperial rusa. Este particular Huevo de Pascua le gustó tanto a la emperatriz que el zar le ordenó a Fabergé que realizara uno nuevo para cada Pascua, año tras año. En total, fueron once huevos que el zar Alejandro III le regaló a su mujer.
A su muerte, el nuevo zar, su hijo Nicolas II, continuó con esta tradición y mandó realizar otros más para regalarselos a su mujer y a su madre. Esta tradición de los zares fue seguida por la aristocracia y la burguesía industrial y financiera rusa. Dicha costumbre rusa quedó interrumpida con la Revolución Rusa de 1917, ya que con los bolcheviques se terminó la época de los zares y Fabergé se exilió a Suiza donde falleció en 1920.
La colección de Huevos de Card Fabergé: Una obra maestra de la joyería histórica
Lourdes García de Consuegra.
Martes 7 de mayo de 2013. 19:30horas.
Lugar: Auditorio IGE & Minas
www.ige.org