“Para los conocedores de la marca, amantes de los relojes y nuevos usuarios, A. Lange & Söhne París nos ofrece una experiencia constante en el arte de la alta relojería tal y como se le conoce. Teniendo nuestra propia boutique remarcamos la importancia económica e histórica de Francia para nuestra marca.
Después de todo, parte de nuestras raíces residen aquí. En los 17 años desde nuestra entrada al mercado, hemos edificado una gran base de clientes muy leales que estamos deseosos de incrementar,” explica el CEO de Lange, Wilhelm Schmid. La boutique de París es la octava en ser abierta por la compañía a nivel mundial y la segunda en Europa.
Hace cinco años, A. Lange & Söhne abrió su primera boutique en Dresden, la capital de Sajonia, Alemania. En un ambiente creado especialmente para representar a esta marca tradicional, los amantes de la relojería pueden experimentar la historia y la filosofía de la manufactura relojera a su alcance.
La conexión entre A. Lange & Söhne y París se remonta a un tiempo tan lejano como 1837. Siete años antes cuando montó su propia manufactura, el joven Ferdinand A. Lange viajó a la ciudad con una recomendación escrita en francés por su maestro, Gutkaes. En ese momento, París era la capital de la industria relojera y este periodo fue el inicio de una nueva vida para este joven.
Invirtió cuatro años trabajando ahí como Gerente de Taller del importante fabricante de cronómetros Joseph Thaddäus Winnerl. Los conocimientos adquiridos del médico y director del Observatorio de París, Dominique François Arago ampliaron su conocimiento de la astronomía.