A tenor de las circunstancias, el pretencioso nombre de 'El Incomparable' puede que sea el más apropiado para este collar que monta un diamante amarillo al final de 91 diamantes blancos en cascada, engarzados sutilmente a un 'ramillete' de oro rosa de 18 quilates, por el equipo de artesanos de la firma dubaití Mouawad.
La historia del diamante amarillo es también una de esas casualidades afortunadas, según cuentan desde la joyería. Lo encontó una niña en República del Congo, allá por los años 80, mientras hurgaba entre un montón de kimberlita desechada de una mina cercana.
La pieza en bruto pesaba 890 kilates y finalmente acabó en las manos del experto lapidario Marvin Samuels, que tardó cuatro años en supervisar su talla hasta conseguir la excepcional forma actual. A lo largo de estos años, la gema ha pasado por diferentes museos del mundo hasta que recabó Dubai, donde la casa joyera ha dado forma a una pieza que estos días se expone en el mayor centro comercial del mundo, el Dubai Mall, a la espera de comprador.