"Nuestras encuestas muestran que algunas zonas rurales se han perdido, en puntos concretos drásticamente, aunque es cierto que las ciudades y los grandes centros comerciales han generado importantes ganancias", como asegura el presidente de la Asociación, Stephan Lindner.
De acuerdo con las proyecciones iniciales, las ventas de relojes y joyas en Alemania durante el año pasado se situaron en torno a los 5.000 millones de euros. Una cifra muy similar a la del año 2011, considerada por el comercio alemán como "record". Por eso desde la BVJ se considera un "éxito" haberse mantenido pese a la debilidad de la zona euro, la mala campaña navideña (donde se genera un tercio de las ventas) y el aumento en los precios de los proveedores.
Esta bonanza en las grandes ciudades -especialmente en Frankfurt y Múnich-, viene avalada por las compras de los turistas extranjeros. Los compradores asiáticos y chinos, así como clientes árabes y rusos generan importantes ingresos en las gamas más altas. Según los cálculos de la Asociación, más de un 5% del presupuesto de los visitantes extranjeros se destinó el año pasado a la joyería y relojería alemana.
Pronóstico para 2013
La BVJ dibuja un panorama incierto para este año, aunque la confianza del consumidor alemán va al alza gracias a los bajos tipos de interés y una tasa de inflación y desempleo mínimas. Sin embargo, la sombra de un aumento en los precios de los metales preciosos y de los proveedores de maquinaria relojera, podría incidir negativamente en una industria "que no puede asumir nuevos aumentos en los costes", aseguran desde la Asociación.