La piedra está acompañada de otras dos esmeraldas de 50 quilates cada una y tienen un valor estimado de 4 millones de dólares, según explican desde la firma de subastas.
Según el director de la casa de subastas franco-israelí, Avner Sofiov, se cree que estas tres piedras proceden de la misma esmeralda en bruto, encontrada en Zambia, y por eso se venden en el mismo lote. Además, indica Sofiov, las gemas "no se han sometido a ningún proceso de mejora", como el tratamiento con aceites.