La pasada edición de Madrid Joya –conocida anteriormente como Iberjoya Enero– es uno de estos ejemplos. Antaño feria de referencia en el Sector, durante los últimos tiempos ha venido perdiendo el prestigio con el que contaba entre el Empresariado sectorial. Hecho que se repite en otros sectores. Sin duda, la feroz crisis que sigue lastrando la economía tiene buena parte de culpa de este declive pero, a juzgar por la opinión de expositores tradicionales y visitantes profesionales, no es esta la única razón.
Diseñadores, joyeros, tasadores... y demás empresarios del Sector consultados por este Periódico, coinciden en que el cambio de imagen efectuado por la organización de la feria no parece suficiente como para "ilusionar" de nuevo al Sector; tanto a visitantes como a participantes. De hecho, muchos joyeros reconocen que tienen que salir fuera, a ferias como las de Munich o Basilea, porque en los eventos nacionales no han encontrado el tipo de producto que demandan sus clientes, como puede ser la joyería de carácter más artesanal.
Bien es cierto que también son muchos los que reconocen aciertos en este cambio, como el de los 'stand mini' (pequeños espacios dedicados a pymes o diseñadores independientes), que permiten el acceso a empresarios con recursos más ajustados. Una comparativa inevitable es el caso de la barcelonesa Espaijoia, que en sólo dos años se ha convertido en evento de referencia para la joyería de autor, aunque claramente con dimensiones ––tanto en espacio como visitantes–– mucho más reducidas que el encuentro madrileño.
Volviendo al símil político, lo que parece observase es cierta sensación de distanciamiento entre los eventos profesionales y un Sector que, en definitiva, busca aumentar la apuesta por aspectos más claramente diferenciadores.
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