La ONG lanzó ayer a escala global una petición instando a la primera ministra tailandesa, Shinawatra Yingluck, que prohíba completamente el comercio de marfil en Tailandia con el fin de frenar la matanza ilegal de elefantes africanos.
A pesar de que es ilegal vender marfil de elefantes africanos en Tailandia, el procedente de elefantes domesticados tailandeses puede ser vendido legalmente. Las redes criminales aprovechan este vacío legal e inundan las tiendas tailandesas con el marfil ensangrentado de África.
El representante de la campaña de WWF en Tailandia, Janpai Ongsiriwittaya subraya que la única manera de evitar que Tailandia contribuya a la caza furtiva de elefantes es "prohibir por completo la venta de marfil ". Y añade, "Hoy en día las principales víctimas son los elefantes africanos, pero los elefantes salvajes de Tailandia podrían ser el próximo objetivo".
La caza furtiva ha alcanzado niveles récord en África. Decenas de miles de elefantes se sacrifican cada año por sus colmillos. Los datos publicados el mes pasado muestran que el tráfico de marfil internacional ha llegado al punto más alto de la historia, superando las 40.000 toneladas en 2012.