El motivo de esta actuación fue la investigación, dirigida por el titular del Juzgado de Instrucción 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, acerca de la posible compra por parte del narcotraficante y confidente policial, Manuel Gutiérrez-Carvajo, de varios relojes de lujo, los cuales habrían sido destinados a altos jefes policiales para obtener tratos de favor.
El fin es obtener la información acerca de los compradores y las referencias de los lotes de relojes bajo sospecha de un posterior uso delictivo. La joyería es muy conocida por ser suministrador habitual de relojes y joyas a personas de la alta sociedad y deportistas de elite.
Según se hizo hecho público, el juez Aguirre consideró para proceder al registro que desde la joyería se había mantenido una actitud "obstructiva". Sin embargo, desde Rabat, se ha explicado en un comunicado que "se encuentra al margen de la investigación, no ostentando condición alguna en el proceso y quedando a disposición de la autoridad judicial para cuanto precisen".
En ese mismo texto, se especifican las causas por las que la joyería ha sido requerida por el juez: "a los efectos de acreditar diversas operaciones realizadas varios años atrás". Ante los medios de comunicación, Esteve Rabat, propietario de la joyería declaró que: "se trata de una investigación judicial sobre compras de piezas, no por nuestra parte sino por parte del cliente".
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