El hecho de que el primer comprador de joyería española en oro sea Suiza es revelador. Suiza no puede ser un consumidor per se de joyería española, pues ni tiene mercado ni capacidad de distribución de producto terminado a esos niveles. Sin embargo, si se considera que la mayor parte de las supuestas exportaciones de joyería durante 2011 y parte de 2010 lo son en realidad de joyas de segunda mano para fundir, entonces sí que el dato cobra todo su valor y es coherente con que la Confederación Helvética sea el destino de cerca de la mitad de dichas exportaciones.
Sin embargo, hay un hecho novedoso, y es que en mayo se estabilizaron y en junio estas exportaciones rompieron la tendencia anterior y comezaron a bajar, aunque todavía en junio se hallaban muy por encima del nivel del mismo mes de los cinco años anteriores
Además, coincide este descenso con una cierta pérdida de la importancia de Suizia como receptora de dichas exportaciones, justo en los momentos previos a las fuertes oscilaciones que ha sufrido el oro durante la temporada veraniega. ¿Simple casualidad? ¿Cese temporal de las compras al preverse alzas intensas de precios para aprovechar, realizar beneficios y espear a la siguiente baja para obener la máxima rentabilidad? Difícil saberlo, pero en esta tesitura de continua especulación de corte financiero todo es posible. Los datos post-veraniegos seguramente nos aclararán esta situación.
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