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Un cráter ruso esconde diamantes en su interior

Gold&Time | Jueves 09 de diciembre de 2021

En el norte de Rusia se encuentra el cráter Popigai, una depresión de 100 kilómetros de diámetro que fue excavada hace más de 30 millones de años. Las altísimas presiones y temperaturas que generó esta colisión no sólo alteraron las rocas de esta región, sino que, además, convirtieron el grafito que contenían en cristales de diamante en un radio de 13,6 kilómetros del punto de impacto.

El grafito es un mineral negro y muy blando, pero, bajo condiciones de presión y temperatura altísimas, los átomos de carbono se reordenan y adoptan una estructura piramidal que produce unos cristales incoloros que tienen una dureza inmensa: diamantes.

Pues, bien, las presiones y temperaturas extremas que generó el impacto de Popigai no sólo transformaron el grafito en diamante: además, dentro de estos cristales, los átomos de carbono adoptaron una configuración aún más resistente llamada lonsdaleíta. Como resultado, aunque los diamantes de impacto de entre 0,5 y 2 milímetros de diámetro del cráter de Popigai son demasiado toscos para la joyería.

También diamantes de inmitación

Notar la diferencia entre un diamante de verdad y otra sustancia vítrea e incolora puede ser complicado incluso para el ojo entrenado. Por suerte, los diamantes tienen una serie de propiedadesque los distinguen del resto de los materiales de imitación

En este sentido, uno de los materiales más parecidos a los diamantes es un mineral llamado moissanita que está compuesto por carburo de silicios. Sin embargo, este es un mineral extremadamente infrecuente en la naturaleza, así que, en la inmensa mayoría de los casos, los cristales de carburo de silicio se producen de manera artificial. De hecho, el cráter Popigai es uno de los pocos lugares del mundo en los que se puede encontrar moissanita natural.

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