Gold&Time | Viernes 20 de mayo de 2016
La flor del Monogram, uno de los emblemas de Louis Vuitton, vuelve de nuevo a la casa joyera en una colección de formas orgánicas y minimalista donde destacan el nácar y el oro, en versión amarillo y rosa.
Las joyas juegan con las formas florales, en este caso los pétalos, y hace uso de diferentes gemas como la cornalina o el ojo de tigre que, combinados con el nácar gris y blanco dan forma a los collares, pendientes, colgantes y brazaletes de esta nueva línea joyera.
Una colección fresca y de formas orgánicas en las que las piedras y el nácar otorgan un contorno redondeado, en contraste con las finas cadenas de oro amarillo y rosa.
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