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Un laboratorio suizo analiza los reciente yacimientos de zafiros y esmeraldas en Etiopía

miércoles 22 de abril de 2020, 07:00h
Un laboratorio suizo analiza los reciente yacimientos de zafiros y esmeraldas en Etiopía
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Etiopía ha sido conocida desde hace casi 30 años por sus depósitos de ópalo, principalmente de color marrón, y más tarde ‘revivió’ para el mercado internacional con el descubrimiento, en 2008, de nuevas fuentes al norte del país con una calidad “parcialmente excelente”, según el laboratorio suizo SEEF. Mucho más recientes son sus fuentes de esmeraldas y zafiros, aparecidas hace unos cuatro años, que ahora analiza también el instituto helvético.

En 2016, aparecieron las primeras esmeraldas en el comercio que, según los informes, provenían de nuevos depósitos descubiertos cerca de la ciudad de Shakiso, en el sur de Etiopía. “Poco después pudimos recopilar datos microscópicos y analíticos de estas nuevas esmeraldas de fuentes confiables” explica el director del SSEF, Michael S. Krzemnicki.

Estas nuevas esmeraldas de Etiopía son en muchos aspectos muy similares a las de otros depósitos relacionados con el esquisto de mica, por ejemplo, en Zambia (Kafubu) y Brasil, pero se distinguen claramente de las esmeraldas colombianas o afganas.

Inclusiones fluidas rectangulares en una esmeralda de Etiopía. Los diferentes colores en esta foto son un efecto del pleocroísmo de las esmeraldas. Foto: MS Krzemnicki, SSEF

“A menudo muestran inclusiones de fluidos rectangulares de dos a múltiples fases y mica marrón oscura (biotita), así como algunos anfíboles prismáticos” añade. Los espectros de absorción analizados son consistentes con las esmeraldas ricas en hierro de los esquistos de mica en Zambia y Brasil. Al igual que con las esmeraldas de otras fuentes, el material con fisuras se rellena y se han identificado tanto aceite como resina artificial, recuerda el SSEF.

Zafiros en el norte

Además de este nuevo hallazgo en el sur del país, casi al mismo tiempo surgió un nuevo depósito de zafiro de las remotas tierras altas de Etiopía, cerca de la frontera con Eritrea. Estos zafiros se encuentran en capas de grava de un depósito relacionado con rocas basálticas producidas en el extremo norte del Gran Valle del Rift de África.

Este depósito de zafiro produce zafiros a veces de tamaño y calidad impresionantes. Sin embargo, como es típico para los zafiros basálticos, a menudo son de color azul bastante oscuro (o incluso demasiado oscuro) y, como consecuencia, deben ser sometidas a tratamientos de calor para modificar y mejorar su color y claridad.

Entre sus características, estas gemas muestran un gran parecido en inclusiones y concentraciones de oligoelementos con zafiros de otras fuentes basálticas, por ejemplo, de Ruanda (también vinculado al sistema Africano-Rift), Nigeria, Tailandia, Camboya, por nombrar algunos. Pero no tienen nada que ver con los de origen metamórfico clásico (por ejemplo, Cachemira, Sri Lanka, Birmania) y su identificación “es sencilla mediante microscopía y espectroscopía de absorción y oligoelementos” recuerdan desde el SSEF.