Argentino de origen y madrileño de adopción, Marinaro dedicó su vida al protocolo y al diseño de joyería, impulsado por una extremada sensibilidad y pasión por la cultura y las artes que le llevó a formar parte de la Asociación Joyas de Autor y a participar en destacados eventos vinculados a la joyería.
Otra de sus pasiones era la literatura y justo hace un año el creativo inició una intensa colaboración con este Periódico escribiendo artículos en su sección ‘El Secreto que toda Joya Custodia’ en la que abordaba el lado más desconocido de las grandes joyas y gemas de la joyería universal.
Las redes sociales se han llenado de mensajes de afecto a una persona que destacó por su talante humano y su amor hacia la estética y el diseño.
Se nos va un extraordinario profesional y un fiel colaborador. Echaremos de menos los secretos de esas joyas que sólo tú conocías y, sobre todo, a la persona que había tras ellos. Descansa en paz amigo.