Tras más de dos años de debate, la Comisión del Parlamento de Suiza aprobó recientemente tanto el proyecto de modificación de la Ley de Marcas como el conocido como "Proyecto Swissness", lo que podría cambiar las reglas del juego en la produccíón relojera en el país helvético.
El proceso para reforzar la etiqueta 'Swiss Made', algo por lo que la Federación de Relojería Suiza (FHS) viene trabajando en los últimos años, parece haber entrado en una nueva, y quizá definitiva, fase.
Jean-Daniel Pasche, Presidente de la Federación de Relojería Suiza (FHS) explica en un editorial de la revista oficial de la institución las propuestas concretas y qué pueden suponer para las empresas que trabajan en la industria relojera: "la Comisión propone que al menos el 60% del coste debe ser hecho en Suiza. Esta decisión se hace eco del firme deseo por parte de la Federación de Relojería dirigido a introducir un tipo mínimo del valor obtenido en Suiza como condición para usar la etiqueta 'Swiss Made' en los relojes suizos. Concretamente un 60% de los relojes de cuarzo y un 80% para los relojes mecánicos".
Estas medidas favorecen a la producción helvética frente al desarrollo de ciertos procesos industriales desarrollados en Asia por un gran número de marcas. "Actualmente, la Ordenanza 'Swiss Made' no estipula un límite mínimo en relación al valor añadido procedente de la designación Swiss. Muchos de los miembros han apoyado que se ponga solución a esta carencia, con el fin de prevenir la incorporación de aquellos relojes que, con un bajo porcentaje de valor suizo, puedan ser ser designados como 'Swiss made'. De hecho, los clientes que adquieren un producto con el sello Swiss made esperan que sea manufacturado en Suiza, y esto debería incluir un alto valor añadido atribuible a su origen".
Los elementos que se excluyen de los costes de producción son la correa, las materia primas, las piedras preciosas y la batería. Es probable que el Consejo Nacional se pronuncie sobre el Proyecto Swiss-ness durante la sesión de primavera de 2012. A partir de entonces, el proyecto se presentará ante el Consejo de los Estados, que, junto al Consejo Nacional, componen las dos cámaras del legislativo federal suizo.