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Redes sociales, joyería y empatía: Cómo vender más
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Redes sociales, joyería y empatía: Cómo vender más

martes 10 de marzo de 2020, 07:00h
Coque Ambrosoli, entrenadora de Creatividad en la Escuela JORGC, publicista y gemóloga, junto a Elisabeth Rayo, especialista en Social Media del sector de la Joyería y responsable de @artislands, nos sumergen en las redes sociales para sacar el máximo provecho a nuestra inversión de tiempo.

En nuestro sector se tiende a utilizar las Redes Sociales simplemente como un escaparate cuando son algo más. Tenemos frente a nosotros una potente herramienta para generar relaciones con el consumidor- no es nada desdeñable la cifra de 3,2 billones de usuarios activos diarios-, un canal directo para establecer un vínculo de afecto mutuo que nos lleve a ser depositarios de su confianza y admiración.

El objetivo final es conseguir el amor a la marca, máximo exponente de la fidelización. Este es un proceso lento, de trabajo constante. La visión de resultados, el retorno de la inversión, puede postergarse hasta doce meses. Si se pretende obtener resultados de manera inmediata, la presencia en redes sociales nos generará frustración con la consiguiente astenia y no hay nada que de peor imagen a una marca que unas redes abandonadas a su suerte.

Se cuentan en cientos de millones los usuarios activos mensuales en redes sociales: La reina sigue siendo Facebook con cerca de 2.200 millones. YouTube ronda los 1.900 millones. Más de 1.000 millones en Instagram; Más de 320 millones en Twitter; 303 millones en LinkedIn, mientras que Pinterest tiene sobre unos 250 millones usuarios(*). Un enorme pastel que sin duda crecerá aun más.

La inmersión en redes sociales debe seguir un claro esquema. Por muchos seguidores, fans, me gustas o me encantas que tengas, si no vendes, algo estás haciendo mal. Para implementarlas de manera focalizada deben cumplirse una serie de pasos esenciales.

Definir los objetivos de comunicación. Qué es lo que quiero conseguir. Este punto nos permite definir una estrategia adecuada dependiendo si queremos aumentar las ventas, posicionar la marca o lanzar un producto nuevo, liquidar producto almacenado...


El objetivo final es conseguir el amor a la marca, máximo exponente de la fidelización. Este es un proceso lento, de trabajo constante. La visión de resultados, el retorno de la inversión, puede postergarse hasta doce meses. Si se pretende obtener resultados de manera inmediata, la presencia en redes sociales nos generará frustración


Destacar qué hace que el producto o servicio sea diferente al resto. En un mercado saturado debemos encontrar nuestro lugar, saber qué nos distingue de los demás positiva o negativamente. A veces lo que consideramos un defecto, bien enfocado, puede significar que hallemos nuestro espacio. Creer en lo que uno hace es un importante paso hacia el éxito.

Identificar a la audiencia. Cómo, cuándo y dónde se comunica. Aunque todas las redes parezcan lo mismo no son iguales, sino que cada red social tiene su público y su forma de transmitir.

Todas constan de herramientas de control de seguidores que nos permiten observar cómo se comporta el usuario ante las publicaciones. A qué hora hay mayor visualización y sobre todo, la interacción generada, que es a lo que el algoritmo le da más importancia. En función de ello decidirá la relevancia de la información y si es interesante mostrarla a los seguidores o por el contrario sepultarla entre toneladas de desechos.

Construir los mensajes clave en el lenguaje de su audiencia. Componer un mapa del potencial comprador, es fundamental para saber cómo dirigirse a él. Por ejemplo, un mensaje sobre la calidad de una gema, emitido con un lenguaje demasiado especializado, dirigido a un receptor sin conocimientos del ámbito gemológico, puede ser percibido como soberbia en lugar de tener la función didáctica pretendida. Para evitar el ruido hay que codificar en el lenguaje del receptor el mensaje para que sea descifrado de modo correcto.

Detectar a aquellas personas influyentes que puedan amplificar su mensaje. No sólo perfiles con miles de seguidores sino todos aquellos usuarios fieles que podamos utilizar como embajadores de nuestra marca, con capacidad para expandir nuestro mensaje a través de sus contactos. Establecer un calendario y asignar el presupuesto adecuado.

Planificar. Tener claro cuándo vas a publicar y un contenido ‘adhoc’ para cada momento. Como mínimo a tres meses vista. Simplemente con el alcance orgánico (no pagado) es difícil lograr confirmar ventas. Hay perfiles a los que no tendrás acceso sin publicidad pagada y al no poder comunicar con ellos los pierdes como clientes.

Establecer una relación con su audiencia. Acercarse al público, ofrecer experiencias más allá de una simple compraventa. El hecho de publicar solamente fotos de piezas puede resultar tedioso. Que vean quien eres, cómo y con qué trabajas, en qué te inspiras. Hoy la gente quiere saber qué y quién hay detrás.

Estos siete mandamientos se resumen en uno: Empatiza y venderás.