Uno de ellos, era un profesional de los de antiguo, de la raza acrisolada del mostrador y el muestrario ante el cliente. El otro, en cambio, era mucho más joven. De los Joyeros que podemos denominar "de nuevo cuño", lleno de ideas modernas, y convencido de las ventajas de aplicar nuevos conceptos y las actuales tecnologías.
El tema de la conversación versaba, como es lógico suponer, sobre si el futuro de la profesión estaría en la venta on line, es decir, lo que ahora se llama e-commerce, como afirmaba el joyero novel o si, por el contrario, como aseguraba el veterano, nuestro Sector no estaba preparado para abrir las puertas del negocio a las nuevas tecnologías, ya que -sostenía- el cliente quiere ver, pesar y palpar la mercancía que compra, y el joyero necesita el contacto personal con la clientela para asegurar sus ventas.
Esta semana Santa he tenido ocasión de aprovechar parte de mi tiempo libre buceando por las entrañas de la Red. Y he podido comprobar cómo se abren ante los clientes miles de "joyerías virtuales", así como la oferta de millones de piezas procedentes de particulares y de profesionales de la joyería por internet.
Y el criterio básico no es otro que EL PRECIO. Da igual que lo que se adquiere sea algo peor, o que las piedras sean sintéticas o, incluso, que la publicidad que hacen sea engañosa. Como los costes son muchísimo menores, los precios son ínfimos, y no permiten competir a quienes tienen costes fijos de instalación.
La discusión ya ha sido respondida: a medio plazo -quizás a corto- el sistema tradicional agoniza. Toca adaptarse, o abandonar el negocio.
Fernando Yandiola es abogado y director de Yandiola & Rodríguez, Asesores Empresariales, S.L.
