Personas que han sentido el placer de la metamorfosis de una idea abstracta en una forma de tres dimensiones realizada en la astillera, moldeando el metal y dejando la imprenta de sus dedos. He visto la expresión de algunos artesanos disfrutando en el acto de crear con sus propias manos y he entendido el orgullo de esta profesión. Pero crear una buena joya en la astillera es laborioso y costoso. Es Arte.
En la Escuela del JORGC enseñamos de entrada a realizar joyas de esta manera, a la antigua. Más adelante, el estudiante pasa a descubrir los sutiles programas de ordenador que en un santiamén escupen una maqueta. Si el diseño es correcto obtendrá una pieza vendible, de la cual se podrá realizar series. Es diferente... pero es lo que exige la actualidad.
Es evidente que los valores han cambiado. Los intereses de los jóvenes están dirigidos a la tecnología. Todo está en mutación continua, dice el ‘I Ching’; y ante la evolución solo resta una solución: adaptarse. El artista joyero que quiere tener éxito deberá arriesgarse con formas sorprendentes para despertar la sensibilidad de las nuevas generaciones, intercalando materiales no tradicionales, investigando y proponiendo una forma de expresión diferente.
¿Cuál? Que cada cual encuentre la suya.
Núria Ruiz
Joyera, Presidenta de Formación y Vicepresidenta del JORGC (Colegio de Joyeros, Relojeros y Gemólogos de Cataluña).
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