Según Zimnisky, las diez minas más grandes generarán en torno al 61% de la producción mundial. Este crecimiento se produce por la entrada en explotación de nuevas grandes canteras. La primera se encuentra en el noroeste ruso y es propiedad del estado (Alrosa). Se estima que entre en producción a lo largo del cuarto trimestre. Otra de estas minas se encuentra en Sudáfrica y se prevé que esté operativa a mediados de año.
Junto a estas nuevas explotaciones, otro de los factores que permitirá este crecimiento es la plena operatividad de otras minas, que hasta ahora no estaban al 100% de su capacidad. Es el caso de la mina Grib, la única gran explotación rusa que no está operada por Alrosa (es propiedad de la petrolera Lukoil) y de la que se esperan este año 1.5 millones de quilates.
Otras tres minas importantes están situadas en Angola, aunque cuentan con mucha menos producción que las rusas. La mina Lulo, por ejemplo, se estima que alcanzará los 55.000 quilates aunque, eso sí, 131quilates fueron (el año pasado) de diamantes fancy rosas y amarillos.
Continua la caída de precios
Basado en el análisis de 54 grandes minas a lo largo del mundo, el experto estima que el precio medio por quilate en bruto se situará en el entorno de los 103 dólares. Eso supone un 2% menos que el registrado a lo largo de 2014, teniendo en cuenta además que el año pasado cerró con una caída en los precios de entre el 3% y el 5% en relación con el año anterior.
Entre los factores que explican este retroceso se sitúan la desaceleración en los mercados chino, japonés y europeo; las tensiones geopolíticas y, especialmente la mayor fortaleza del dólar, que es la moneda de referencia para la compraventa de diamantes.