El broche fue una de las piezas claves en la feria Joya, que cerró edición el pasado sábado en Barcelona, ya que forma parte de casi todas las colecciones de los artistas que exponen sus piezas. Estas joyas que se prenden a la ropa pueden variar en forma y tamaño y usan materiales clásicos como metales, plata, acrílicos y esmaltes o los más novedosos, que combinan piel, pelo, cuerno o pintura de espray.
Por lo que hemos podido ver, hay una clara tendencia este año que evoca en la expresión de la naturaleza, con el uso de pieles, madera o pelaje; texturas y colores que recuerdan a parajes naturales. Este es el caso de Akihiro Ikeyama (Japon) que usa el cuerno, el acero inoxidable y el color para transmitir el poder y la morfología de las cosas vivas.
De la misma manera, el artista español José Marín se inspira en la ambigüedad sexual y la androginia que intenta abordar las emociones de unos seres únicos: el hombre y la mujer. La colección de este año, Las Medallas (una medalla en búsqueda de un héroe), de Anat Golan (Israel) busca nuevos aspectos racionales y emocionales que desafían la percepción de lo que es un héroe.
Otra de las creadoras que trabaja en el broche es Liana Pattihis (Reino Unido) que presenta Fabricado, donde juega con la versatilidad del esmalte como material y el potencial de encontrar maneras de adherirlo a varias superficies metálicas y también de madera, ofreciendo una diversa estética visual y táctil por un lado y una ilusión óptica por otro.
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_66270081c6fc1.jpg "La trazabilidad certificada es clave en las joyas")
