Por segmentos, la demanda para joyería se desplomó aún más, alcanzando una caída del 30% en este periodo. Solamente el oro para inversión registró un modesto alza del 4%, junto a las compras de los bancos centrales, que se ‘auparon’ el 26% durante el segundo trimestre.
El WGC explica que esta estabilidad de la demanda viene precedida de un «convulso» año 2013, en el que precios y demandas se dispararon por encima de la media de los últimos cinco años. El ‘apetito’ chino e indio fueron entonces los principales artífices de la feroz demanda del metal amarillo, y ha sido precisamente el freno en estos mercados la que ha propiciado el reajuste general.
China aún tiene que ‘digerir’ las grandes compras del año pasado, mientras que el mercado indio se ha visto frenado por las propias autoridadades, que a principios de año impusieron restricciones a las importaciones de este metal. Por el lado contrario, ha sido el británico el mejor de los mercados europeos, con un crecimiento en su demanda del 25%.