La firma peruana Ayojacni Qulqui persiste en su encomiable intento de realizar una joyería, que sin renunciar un ápice a sus raíces ancestrales, herederas de la tradición incaica, resulta absolutamente moderna y actual. Y para ello se halla inmersa en un proceso de continua renovación que la lleva recientemente a profundizar en el uso de materiales que ya no sólo complementan la tradicional base metálica de la plata, sino que pasan a ocupar el primer lugar en el protagonismo de la pieza. El color toma la delantera merced a la utilización de piedras duras y otros materiales, muchas veces no reconocidos formalmente como gemológicos de forma oficial de igual o superior belleza, durabilidad y rareza: aparte de vidrios y esmaltes conchas, semillas y otros materiales aportados directamente por la exuberante Naturaleza peruana logran conjuntos de una gran vivacidad, alegría y belleza.
Destacan en sus últimas colecciones, las gargantillas o collares, en las cuales el metal se halla al nivel de cualquier otro complemento. Muy en la línea de las tendencias étnicas tan en boga, se estructuran sobre una serie de esferas de gran colorido, mediante el uso de vidrios y esmaltes coloreados. Vidrios no vulgares, por supuesto, sino de una exquisita manufactura artesanal que elevan este humilde material a las más altas cotas de la belleza.
En otro orden de cosas, encontramos colgantes y sortijas, ya con mayor presencia de la plata, siendo ésta trata también de forma artesanal ara lograr unas texturas suaves y humanizadas, y cuyo color, grisáceo por efecto del tratamiento y matizado, se ve complementado por el fulgor de las gemas u otros materiales de vivaz cromatismo, que la acompañan.
