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¿Un precio ‘justo’ para los pequeños productores de diamantes africanos?
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¿Un precio ‘justo’ para los pequeños productores de diamantes africanos?

Una valoración adecuada de los diamantes en bruto es crítica para la Industria, según el presidente de las Bolsas de Diamantes

jueves 12 de enero de 2017, 07:00h
Ernest Blom.
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Ernest Blom.
Por Ernest Blom | La cuestión de crear un mecanismo para la valoración de los diamantes extraídos por los mineros artesanales y otros en África, con el fin de proporcionarles un valor razonable para su trabajo fue uno de los principales debates que tuvieron lugar durante la última reunión plenaria que el Proceso Kimberley celebró en Dubai el año pasado. De hecho, fue una de las propuestas ‘estrella’ del presidente de turno durante la pasada legislatura.

El objetivo es, por supuesto, crear un impacto positivo en los países productores africanos y permitirles sacar el máximo provecho de sus recursos. El equipo de Emiratos Árabes sugirió que los programas de valoración se basaran en principios independientes, objetivos y universalmente aplicados, basado en transacciones con precios actualizados.

Tenemos que hacer todo lo posible para que estos mineros reciban un precio justo por sus diamantes. Imagínese a un minero que trabaja en un lecho de río con nada más que una pala y un tamiz. Si tiene suerte, tiene un puñado de piedras para vender una vez a la semana y con esta pequeña cantidad de dinero debe alimentar a su familia.

Debemos reconocer la importancia de operar de la manera correcta, y eso significa pagar un precio justo por la materia prima

Es obvio que esos mineros, de los cuales hay 800.000 operando solo en la República Democrática del Congo y en torno a 1,5 millones en el mundo —de acuerdo con Iniciativa de Desarrollo del Diamante—, deben ser nuestro foco.

Cuando añadimos miembros de la familia, podemos ver que estamos hablando de varios millones de personas. Es por eso que necesitan estar en el centro de nuestros esfuerzos. No sólo es esto lo correcto a nivel humano y moral, sino que también es parte de asegurar que hay una mayor transparencia en nuestro comercio y que el público es consciente de nuestros esfuerzos para lograr un mayor nivel de equidad en toda la cadena de la industria.

Por supuesto todos los miembros de esta industria trabajan para lograr un beneficio. Y por supuesto que todos tratamos de comprar a un precio que nos permite ganar dinero en la venta: de lo contrario no tiene sentido estar en el negocio. Pero también debemos reconocer la importancia de operar de la manera correcta, y eso significa pagar un precio justo por la materia prima para permitir a los mineros llevar una vida digna.

¿Cómo llegar realmente a los productores?

El problema reside en la metodología propuesta y por eso necesitamos mantener una visión a largo plazo para asegurarnos de que lo hagamos bien. Está claro que no todos estarán de acuerdo en los métodos utilizados, pero eso no debería impedirnos intentarlo.

También hay preguntas acerca de cómo asegurar que los mineros reciban la información que les ayudará a recibir el valor razonable. Educar a un minero analfabeto que pasa su vida por un lejano cauce del río probablemente no sea realista, pero tiene que haber una forma de asegurar que tenga acceso a datos actualizados o que el gobierno u otros funcionarios puedan ayudarlo en sus decisiones sobre la venta bienes. En un mundo moderno e interconectado, tiene que haber una manera de asegurar que la capacitación se da.

Otra cuestión es la necesidad de enseñar a los mineros artesanales cómo limpiar las mercancías mediante la eliminación de la capa sucia y por lo tanto dar al comprador potencial una visión del color correcto del diamante y venderlo a un mejor precio.

Un hombre que trabaja extrayendo diamantes –tal como su padre y su abuelo antes que él, lo hicieron— no es consciente del valor adicional que se puede obtener mediante la venta de piedras limpias y necesita ser enseñado a hacerlo.

Educar a un minero analfabeto que pasa su vida por un lejano cauce del río probablemente no sea realista

El Sistema de Certificación del Proceso de Kimberley también era complejo cuando se implantó y sin embargo [con sus críticas] ha logrado mucho desde que comenzó a funcionar en 2003, y ahora tenemos una situación en la que menos del 0,2% de los diamantes provienen de zonas de conflicto.

Podemos estar orgullosos de este logro y de la forma en que hemos tomado la iniciativa de vigilar nuestra industria, pero los gobiernos y los consumidores nos exigen que hagamos más.

Y una forma de lograr esto es avanzando hacia un código mundial de valoración que conduzca al desarrollo de habilidades para los mineros artesanales y proporcione ingresos adicionales para las naciones productoras de diamantes. Esperemos que se encuentre una manera de lograr el consenso para avanzar en esta importante cuestión.

Ernest Blom es el presidente de la Federación Mundial de Bolsas de Diamantes, WFDB.